
La Iglesia de San Pablo es una congregación o parroquia de la Iglesia Española Reformada Episcopal (IERE).
Una comunidad cristiana abierta y acogedora, en la que hombres y mujeres puedan tener plena participación en la toma de decisiones y en los diversos ministerios de culto y servicio.
La IERE es una denominación cristiana protestante (asociación religiosa 2831-SE/A) integrada en la Comunión Anglicana, una de las ramas de Iglesia Una, Santa Católica y Apostólica, creada por el Señor Jesucristo.
Somos una iglesia que defiende y mantiene la fé católica, tal y como fue definida en los primeros siglos y que considera a las Sagradas Escrituras (Santa Biblia) como principal punto de referencia en cuestiones de doctrina y conducta. Reconocemos el triple ministerio de diáconos, presbíteros y obispos, que puede ser desempeñado tanto por varones como por mujeres, siempre que tengan las debidas cualificaciones y su vida y doctrina sean puras.
L@s clérig@s pueden casarse si así lo desean.
Nos consideramos herederos de la primitiva iglesia española (visigótica y mozárabe) así como de los movimientos reformadores del Siglo XVI, de todo lo cual hemos incorporado elementos significativos en nuestra doctrina y liturgia.
Somos parte integrante del llamado Movimiento Ecuménico y aspiramos a contribuir, desde nuestra vocación espiritual y nuestras señas de identidad, al restablecimiento de la Plena Comunión del Cuerpo de Cristo.
El órgano principal de gobierno de la IERE es el Sínodo Diocesano, formado por representantes del clero y de las congregaciones locales y que, presidido por el Obispo: Revdmo.Carlos López Lozano, se reúne cada dos años. En los periodos intermedios, la Iglesia se rige por una Comisión Permanente y unas Secretarías presididas por el Obispo.
¿ CUÁLES SON NUESTRAS CREENCIAS ?
No hay ninguna doctrina que sea específica del Anglicanismo y que le diferencie notablemente de otras iglesias cristianas; más bien nos enorgullecemos de ser, tal vez, la confesión cristiana que mejor pueda servir como lugar de encuentro, por cuanto compartimos muchas características que otras iglesias poseen por separado. Al tener obispos, por ejemplo, nos parecemos a la Iglesia Católica Romana y a las Iglesias Ortodoxas; pero sin embargo al dar gran importancia a la doctrina de la justificación por la fé y a la participación del laicado en todos los ámbitos de la vida eclesial, nos parecemos mucho a cualquier iglesia reformada o protestante.
Tal vez lo más característico del anglicanismo, en el plano doctrinal, sea su método de estudio que, si bien reconoce la primacía de la Biblia, no está cerrado a las aportaciones de la Tradición, ni a las de la Razón. Esta metodología tiende a separarnos claramente de las opciones religiosas fundamentalistas.
FESTIVIDADES Y LITURGIA
El Anglicanismo concibe la Liturgia como un medio para conseguir la participación del conjunto de la Congregación en el Culto Divino.
El Libro de Oración Común o Libro de Liturgia fue una de las grandes aportaciones de la Reforma Inglesa y es un Breviario para todos los fieles, que incluye todo lo necesario para su participación activa en cualquier tipo de servicio religioso.
Damos una gran importancia a la belleza del culto, la cual consideramos que no debe estar reñida con una cierta sobriedad.
En nuestra tradición, los elementos cultuales están siempre subordinados a la clara transmisión del mensaje.
De ahí que la educación del pueblo en la comprensión de los rituales que ejecuta sea un elemento básico.
El servicio religioso principal se realiza los domingos por la mañana (a las 11,30 horas ) y puede ser tanto de Oración, como de Santa Comunión (Eucaristía o Cena del Señor).
La forma de celebración puede variar desde modalidades poco estructuradas y bastante espontáneas, con incorporación de música popular, instrumentos modernos, etc, a los cultos solemnes en los que el revestimiento de los clérigos, los himnos tradicionales y la música de órgano se convierten en imprescindibles.
Para nosotros es muy importante que la Santa Comunión se reciba en las dos especies (pan y vino) según se puede leer en el Santo Evangelio y las Epístolas, y según se practicó en la Iglesia Primitiva.
En cuanto a las Festividades, sólo podemos decir que compartimos las que son comunes a toda la Cristiandad (Navidad, Semana Santa, Pascua de Resurrección, Pentecostés..etc) según el calendario occidental. No rendimos culto a los Santos ni a María, aunque existen días dedicados a recordar su memoria, procurando que su ejemplo sea motivo de reflexión y de incitación a una vida de mayor consagración personal.
Aunque sólo reconocemos dos sacramentos en sentido estricto: el Bautismo y la Comunión (como ritos explícitamente establecidos por Nuestro Señor Jesucristo y obligatorios para todos los creyentes) los otros cinco ritos tradicionales, denominados sacramentales, tienen
también su lugar en la Iglesia y son dignos de la mayor veneración y respeto.
NUESTRO COMPROMISO TEMPORAL
Desde el punto de vista anglicano, el verdadero cristiano tiene que dar muestras de su conversión o nuevo nacimiento.
Se supone que debe ser una persona con una clara motivación ética.
Sería absurdo pretender ser un buen cristiano y desatender los compromisos familiares, laborales, o cívicos.
Aunque en la mayoría de paises, la Iglesia Episcopal sea totalmente independiente del poder político (siendo el caso del Reino Unido la excepción que confirma la regla) nuestro ideal de vida religiosa no implica el distanciamiento de las responsabilidades cívicas o políticas.
Nos sentimos obligados a colaborar en la construcción de una sociedad más justa y solidaria, no sólo por responsabilidad ética, sino porque el amor preferencial de Cristo por los débiles y afligidos nos constriñe y empuja.
De ahí que la mayor parte de Iglesias Episcopales estén implicadas en las diversas modalidades de acción social o diacónica. En el caso de la IERE, nuestra obra social más destacada es la Misión Latinoamericana, cuya sede central se encuentra ubicada en Madrid y que atiende a las necesidades de centenares de inmigrantes, fundamentalmente latinoamericanos.
Para finalizar, además de recordar nuestro compromiso ecuménico, que hicimos patente al principio de este escrito, hemos de decir que estamos convencidos de que el diálogo interreligioso es una oportunidad que Dios nos da para que podamos descubrir su Presencia y su Aliento vivificador en las diversas tradiciones religiosas, las cuales –si son puras-tienen indudables aspectos comunes como:
La reivindicación del Misterio, la aspiración a la Paz personal y colectiva, la superación del Egoismo y la recepción de una Sabiduría que viene de lo alto.
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